En una sociedad tan
consumista como la nuestra, toda ocasión vale para comprarse algo nuevo. Si
revisamos el calendario Panameño, veremos lo repleto que está de citas
temáticas que, en su mayoría, son pretexto de “necesario gasto” tanto en
atuendo como en decoración, en su mayoría superficiales, pero, la verdad, pareciera
que sin ello la ciudadanía cae en un déficit de expresión personal…
Entiendo que,
para quienes saben aprovecharlo, este comportamiento, a menudo compulsivo, se
traduce en ventas aseguradas para los comercios todo el año. Sin ir más lejos, en
esta semana pasada miles de panameños salieron despavoridos a gastar lo que aún
no habían cobrado, para comprarles un disfraz a sus niños…
Para muchos es inadmisible
crear tu propio disfraz o re-utilizar elementos para decorar tu casa; parecieran no saber en qué
mundo viven, pero el caso es que al final, el gasto se percibe como ineludible
y “justificado” entre las mentes de este tipo de ciudadano que de algún modo
está solo conectado consigo mismo, alienado del mundo real.
Ojalá para el
2016 comiencen a integrarse actitudes más sostenibles… En mi infancia, en mi
pueblo natal catalán, nos disfrazábamos en carnaval, pero traer un disfraz “comprado” se consideraba una estupidez,
falta de creatividad y una actitud consumista que creaba anti valores… Pero en
el 2015, dentro de los hogares panameños faltan verdaderos valores, estimulando el
esfuerzo para lograr las cosas, ese esfuerzo de “hacer” y “crear” versus comprar. Nos falta educar en la
austeridad y la sostenibilidad en general, algo que deberían ser pilares
educativos de nuestros menores. Al final del día, esto es lo que se traduce en
cultura y lo único que tiende puentes hacia un futuro que merezca la pena heredar.
Ya hemos pasado
el capítulo de “Halloween” y hoy nos encontramos a las puertas de iniciar los
actos de celebración del Mes de la Patria. En este mes celebramos de todo: independencia, separación, símbolos
patrios, momentos históricos y otros tantos motivos que llevan al asueto
vacacional de la primera quincena de Noviembre.
Pero el
patriotismo es completamente bipolar en Panamá… vemos el fervor en los medios y
en las
instituciones públicas, en los desfiles de las bandas escolares, institucionales
e independientes y en los actos oficiales que guardan gran protocolo y
solemnidad. (Bueno, eso cuando no cometen errores garrafales en su uso de simbología
nacional como hemos visto en los últimos días, pero no entraré al trapo hoy con
este asunto, porque es materia para otro post).
Mientras
unos celebran la patria, otros celebran el tiempo libre que ésta les brinda y
aprovechan para viajar a fuera del país. Entendamos que trabajaron muy duro
todo el año y desean disfrutar de tiempo de calidad, con los suyos y, sin más remedio, aceptaremos pulpo como animal
de compañía… El problema es cuando lo sumamos todo junto, lo licuamos, termina por ser lo único
que servimos en los hogares, dando a los niños tradiciones exprés, cuyo único esfuerzo
para disfrutarlas pasa por el tiempo de espera en caja para pagar y encima para que luego,
no tengan siquiera que desfilar porque “los pobres” tienen derecho a ir de
vacaciones...
Creo que quienes
desean hacer vacaciones son los padres y cada vez son menos los que apoyan a
que sus hijos se vistan de Patria y valoren la historia que los define, su
contexto y el país que deberían amar, proteger y al que deberán aportar algún día.
¿Si no les mostramos el camino hoy, cómo esperamos que lo encuentren mañana? Diremos
que es culpa del Gobierno, solo que a éste lo componen personas que algún día
fueron educadas en un hogar y en una escuela, preguntémonos cómo.
Regresando al
tema que hoy me ocupa, éstas fechas reúnen muchísimas celebraciones en nuestro calendario
y venimos también de la semana de la moda nacional, cada vez con mayor
contenido eco amigable y de mayor celebración
de la identidad panameña, en este caso, enmarcado en el contexto del “Prêt-à-porter”.
Y tras haber podido revisar con calma las
propuestas que nuestros medios nos traen para noviembre, inspirados tanto en lo
más reciente de la moda local y como en lo más inminente en las calles del país,
debo confesar-les que me siendo gratamente sorprendida de cómo se
ha sabido imponer como tendencia de estilo el “Vestirse de Patria”.
Al decir “Vestirse
de Patria” no me refiero necesariamente a vestirse “de típico” -lo cual también
vive un poderoso auge- no, en este caso me refiero a la capacidad de tematizar
el atuendo casual, dándole guiños que lo identifiquen con Panamá. Que al vestirnos,
celebremos Panamá.
Si abrimos las
revistas de moda nacionales que nos llegan desde la semana pasada con este
tema, veremos las múltiples propuestas de complementos, ideas y combinaciones con
prendas de vestir que podemos encontrar en nuestro país. Veremos que existe
oferta para todo rango de presupuestos, un sinfín de ideas que podrían hacer de
nuestros días de noviembre una oportunidad de reivindicar la identidad nacional
panameña, con mucho estilo.
Veo tops de
algodón o lycra con inscripciones plausibles, desde las más obvias que juegan
con la palabra Panamá, como el clásico “I (corazón) Panamá”, hasta algunos
ocurrentes juegos de palabras que les exhorto a que descubran en las boutiques
de casco o con las pistas que nos dan los blogueros nacionales de moda… Hay
para todas las personalidades y edades, pero debo admitir que la selección tiene como
denominador común el buen gusto. Es decir, bravo por estas revistas que
persiguen inspirar a sus lectores de forma positiva.
Como parte de la oferta
tenemos, por supuesto la ropa “estilizada”, que es aquella que toma como
inspiración los elementos que conforman el atuendo típico, para llevarlo a un
look más innovador, pero siempre elegante, tanto a nivel casual como formal. Es
ideal para mostrar nuestro amor por la cultura panameña y a la vez lucir bien en
cualquier circunstancia sin que parezca que vamos “disfrazados”. Además, suele ser una opción más cómoda o
llevadera que el atuendo típico, especialmente para la mujer, algo que para largas jornadas de observación de
desfiles al aire libre, con nuestro clima inclemente, se agradece mucho.
Lo que pareciera “alejarse”
de lo tradicional, bien usado, hace justo el efecto contrario, suma a más
personas a acercarse a la identidad cultural y tradicional del país.
Podemos encontrar
opciones económicas en la popular Avenida B y en la Salsipuedes, en su mayoría de fibras sintéticas,
pero que bien combinadas pueden ayudarnos a lograr el efecto deseado o bien, si
preferimos lucir una prenda más “fina” que hable muy bien de nuestro
conocimiento y respeto a las tradiciones, pero sobre todo, que nos aporte
elegancia, entonces deberemos optar por una prenda de lino o hilo de algodón, con
fino trabajo y un acabado de gran calidad, para lo cual será preciso encargarla
-con tiempo- a cualquiera de los cientos de artesanos expertos que las trabajan
con calidad y buen gusto, a nuestra medida y estilo.
De nuevo, olvídense
de la inmediatez para obtener un excelente resultado… hay que prever,
programarse y valorar la labor del artesano y diseñador panameño…
Pero así sea para
ir a hacer la compra al supermercado, o para una salida a cenar o al teatro, es
tiempo de combinar, con estilo y buen
gusto, los elementos claves de estos días:
colores patrios, juegos de joyería de pollera combinados con ropa casual o estilizada,
o que los patrones y estampados de nuestras prendas frescas y cómodas
enaltezcan a Panamá con su nombre o elementos alegóricos.
En joyería, vemos que no todo debe ser oro, este año hay unas propuestas en goldfill muy lindas que, por cierto, tienen varias ventajas; pues suelen ser creadas y producidas por
manos panameñas, lo cual favorece el ingreso nacional, otra es que su precio es
muy inferior al de una joya de oro (se hace más accesible y universal) y por
último, no pierden tan rápidamente su brillo y lindo color dorado, algo que sí
les sucede a las prendas de fantasía de menor costo, que, bien a la hora de comprarlas suelen ser algo
más económicas, duran poco y por ello terminan siendo más caras.
Y cuando se trate
de pisar con fervor, la elección es clara: ¡No hay nada mejor que un buen par
de cutarras! Sí, cutarras de todos los colores, acabados, planas o altas con
suela topolino. Las hay metalizadas, coloridas o el lindo tono que
adquiere el cuero natural curtido…Incluso la
cutarra tradicional, la cual no tiene siquiera caucho en la suela y que debe
hacerse a la medida, se vuelve un accesorio en tendencia para hombres y
mujeres. Si queremos usarlas con estilo casual, solo tenemos que saberlo
combinarlas con ropa fresca pero ojo, nada de "ñoñerías", eso no se lleva, vayámonos
a la búsqueda de un Look fresco y trendy,
como una falda larga de algodón o mezclilla y un suéter sin mangas con un elegante
“Viva Panamá”!
El costo de la
vida se ha disparado en nuestro país, esto ya nadie lo pone en duda, pero como
vemos, con la amplia oferta actual, vestirnos
de Patria puede ser algo que podemos hacer con mucho estilo y un presupuesto ajustado.
Tanto despilfarro en Halloween, ¿no me dirán que no se puede invertir en un par
de cutarras artesanales y un juego de tembleques? O un sombrero montuno, que puedas sacar en cada ocasión que lo
necesites, sin que pase de moda ni se
vea repetitivo… ¡Eso siempre te hará ver trendy!
Siempre cuando le des el estilo y el
porte que merece…
Lo ideal es invertir
una sola vez en un buen sombrero y en las cutarras, esas no son caras, eso sí,
artesanales, trabajado todo por manos panameñas, lo cual le dará un toque auténtico
a tu outfit y será un apoyo al verdadero artesano local, quien lo necesita y mucho. De hecho, solo
haremos patria si somos sostenibles en nuestro gasto y en nuestras elecciones diarias. Al fin y al
cabo, vestirse de Patria sumándole a ésta y no al revés será, ante todo, cuestión
de actitud.
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