viernes, 20 de marzo de 2015

El Papa en la Era Digital


 
El Papa, como todo líder o personalidad, se halla a diario bajo el escrutinio de las redes sociales, que someten constantemente su imagen y palabras al sufragio de los “Like” y a la suerte de los “share”. En el caso concreto del Santo Padre, estos usuarios "compartidores" no parecieran -en su mayoría- abanderar una labor apostólica al dejar sus opiniones, por más que éstas sean aplausos o fervorosas muestras de “acuerdo” hacia supuestos mensajes de su Santidad.

Entonces, por qué lo hacen?
Pienso que algunos usuarios hacen uso de una figura de tanta “influencia” para reforzar la aceptación de terceros hacia sus propias opiniones o creencias, mientras otros se nutren de los mensajes compartidos, en ocasiones distorsionados, descontextualizados o incluso inciertos, para enmarcar las creencias de los demás. Habrá quienes simplemente reaccionen impulsivamente ante algo que los hace sentir bien. Pero en cualquier caso, de algún modo, lo que hacen es relativizar al Papa, a la Fe y a la Iglesia. Al final del día, la lluvia de comparticiones es una realidad irreversible y no puedo evitar pensar en las implicaciones de estos impulsivos “share”.

Los invito a evaluar, en algo más de 140 caracteres,  si lo que aparentemente parece positivo, lo es en realidad.

Respecto a la reacción mayoritaria en las redes, aparentemente hallamos una visión positiva del Papa y de las consecuencias de sus mensajes y su labor. Pero al poner la lupa, me doy cuenta que no suele tratarse de sus homilías (que, por cierto, son interesantes) y a veces, ni tan siquiera se trata de sus palabras realmente. Pero si no son sus Homilías, ni sus palabras, lo que genera los "Bravo", "Like" y las comparticiones, puede que no sea algo tan positivo lo que está sucediendo...

La mayor parte de los contenidos en las redes sociales tienen objetivos emocionales. Las más populares se llenan a diario tanto de mensajes oscuros (insultos, juicios arbitrarios, mentiras, faltas de respeto, abuso) como de publicaciones que buscan dar luz por ser constructivas, positivas, (como recetas de ricos postres, felicitaciones llenas de amor, buenos deseos, oraciones, relatos interesantes,  videos educativos…). Es decir, las redes son un reflejo de nuestra realidad como seres humanos, luz y tinieblas -por así decirlo- todo está ahí.

Así pues, las aparentes libertades de las que gozamos los usuarios en Internet, al contrario de hacer de nuestra vida un lindo y verde pasto, en realidad nos enfrentan a una poderosa herramienta, que actúa como arma de doble filo y por ello, se trata de una gran responsabilidad, seamos o no conscientes de ello.

Que lo diga Internet no implica que sea cierto, pero tampoco evita que haga mella...

 
Cuando hablamos de mensajes provenientes del líder de la Iglesia Católica, debemos ante todo estar claros en el contexto de los mismos.
Es decir, si se trata de mensajes del Santo Padre de la Iglesia Católica, cual es el contexto de los mismos? Su origen? Y qué implica? Debemos aclarar los términos y los contextos sino estamos tratando asuntos de gran envergadura de forma irresponsable.
  • La Iglesia, del latín ecclesia, significa «asamblea», «reunión», «convocación».
  • Resulta que por su estructura, misión, valores e integrantes, esta asamblea que es La Iglesia no se puede reducir ni “un” mensaje ni “un” discurso; Ello es porque La Iglesia basa su existencia en facilitar el lazo entre Dios y el hombre a través de la religión.
  • Cabe aclrarar que la palabra religión, proveniente del  verbo latino religare, significa «volver a unir, enlazar, relacionar», en este caso, la religión que practica La Iglesia busca “unir” a los hombres con Dios.
  • ¿Y El Papa?  El líder de la Iglesia Católica, o mayor representante de esta asamblea.  
  • Etimológicamente, Iglesia Católica significa la Iglesia «universal». Es aquella que «anuncia la totalidad de la fe; lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación; es enviada a todos los pueblos; se dirige a todos los hombres; abarca todos los tiempos; es, por su pro­pia naturaleza, misionera» (AG 2).
  • Por lo tanto, entendamos ante todo que el Papa es el líder de la Iglesia Universal enviada a todos los pueblos para anunciar la totalidad de la Fe. 
Dicho lo anterior, entenderán que todos los mensajes de cariz incluyente que con suma humildad nos comunica el Papa, son totalmente consecuentes con su rol, su vocación, su misión y su responsabilidad.

Quizás no es tan solo el mensaje sino la manera en que logra hacerlo llegar lo que esté llamando tanto la atención. Así que aquí nos hallamos ante la importancia de la Comunicación no Verbal, el marco o contexto y el "estilo" de la persona que lleva el mensaje.

Y esto es precisamente lo que me trae la preocupación esencial en todo esto, que aparentemente solo tiene ángulos positivos y constructivos. Si ahondamos un poco más en el fin de los mensajes, me preocupa seriamente que se confunda el concepto de “sencillez”, con el concepto de “facilidad”. El primero, encierra virtudes, pero el segundo suele conllevar carencias y deformaciones...

Los mensajes del Papa a veces son breves y otras se componen de mucho más de 140 caracteres. Para comprender los breves deberíamos tratar de comprender los de más de 140 caracteres.

 
Cada vez que el Papa Francisco nos recuerda que la Iglesia Católica está llamada a ser incluyente, nos está pidiendo que asumamos una enorme responsabilidad. Entonces, espera mucho más de nosotros que un “like”, pues de nada nos sirve darle Likes al Papa si no escuchamos “todas sus” palabras.
Debo admitir que me encanta ver que hoy ya sean más los mensajes positivos que los negativos en la red sobre el Papa. No podemos negar que la apertura de la religión a través del mundo digital es una buena noticia, como el Evangelio en sí mismo (Evangelio, del griego euanghélion, que significa “buena nueva” o “alegre mensaje”). Pero los privilegios suelen venir acompañados de responsabilidades que, si no se asumen, se convierten en la flama que consume el privilegio.
Me pregunto si la gente, en esa descompresión emocional de ideas “pesadas” interpreta la ardua tarea que el Santo Padre nos está pidiendo que llevemos a cabo:  ¿Estamos realmente preparados para abandonar prejuicios y actuar con tal nobleza y generosidad?

 
El Santo Padre nos habla del mensaje de Jesús… es decir, rescata la visión más purista del Hijo Único de Dios, una visión generosa, incluyente, de cariño, que se resume con Amor al Prójimo.

Qué acto tan valiente y complejo pedirle este desprendimiento y generosidad a los habitantes de este Mundo, si consideramos que aquí en la Tierra prevalece lo inmediato y lo superficial y lo “mío”...  Si a ello agregamos lo alejados que estamos del raro arte de “saber esperar”, mayor es mi admiración en la Fe del Papa, me refiero a su Fe en todos nosotros!
Debe ser enorme su amor hacia todos los seres humanos para hablarnos en estos términos, ¿lo merecemos realmente? No lo sé, pero deberíamos vivir enfocados, cuando menos, a ganárnoslo…

 
El Papa sigue leyendo la misma palabra en las Sagradas Escrituras, porque cree firmemente que está más vigente que nunca, si bien no es un texto que debamos tomar literalmente y por eso nos aclara constantemente una serie de conceptos, para que evitar que nos perdamos en detalles morbosos o absurdos y mejor nos enfoquemos  en ser multiplicadores positivos. Y nos invita una y otra vez a ser mejores. Esto va del "Bien Universal". Én esta semana llamó a la PAZ de todos los hombres... Es un mensaje muy antiguo, pero que hoy día, por las grandes carencias en nuestro actuar, tiene todo el sentido...
“Queremos católicos con jeans, digo el Santo Padre... qué suerte la mía, pues amo la mezclilla, pero no se refería con ello a que la feligresía use la mezclilla como tejido de su vestuario, lo que está pidiendo es INCLUSIÓN. 

Cambian los tiempos y por lo tanto, el lenguaje, más no cambia la esencia del mensaje…

El amor al prójimo es sin duda es uno de los mensajes más antiguos y el más vigente de todos.

 

Las Redes nos imponen un reto tras otro pero al mismo tiempo, nos dan oportunidades y por otro lado, tenemos al Papa trabajando a diario, junto a miles y miles de seres humanos,  para promover el amor al prójimo.

Es fácil asolear palabra ajena en las redes, pero el Papa nos pide más que un “share”, más que un “Like”… Amigos, es totalmente posible ser multiplicadores de algo positivo, en vez de promotores de ideas tóxicas, en realidad es muy sencillo, así que lograrlo y recibir a cambio las bondades que ello genera, como todas las cosas importantes en esta vida, sin duda alguna, será cuestión de actitud.

viernes, 6 de marzo de 2015

INMIGRACIÓN SALUDABLE, LA ÚLTIMA CRUZADA


No es novedad que  estamos bajo el yugo mediático y pareciera que solo haya conversación si se habla de ciertos temas…

…Si bien los temas judiciales llenan el 95% de la atención mediática, en lo personal, hoy me preocupa lo que acontece en las redes sociales. Éstas no son medios regulados por una directiva editorial, sino foros de libre expresión que, últimamente, se usan como armas de destrucción masiva en vez de ser herramientas de libertad y diálogo.

Entre varios asuntos perturbadores, en Panamá,  hoy,  destaca el fenómeno que estamos viviendo alrededor del tema migratorio, tema que no podía dejar de lado, por múltiples razones.

Mis premisas:

1. Someterse a un proceso migratorio regular, que exija un fuerte control de tus actividades y un sinfín de garantías sobre tu persona,  para el bien de esta nación, debiera ser, para todos, una obligación. De hecho, notemos que éste es el mismo garante que respaldará en gran parte la seguridad del inmigrante cuando éste ya habite el país…

2. Cumplir con lo que exija la ley para poder ser ciudadano de este país, debería ser visto como un honor, algo parecido a ser parte de una “lista VIP” en una fiesta importante, pues ser ciudadano implica más que papeles…

La iniciativa, a mi juicio muy mal llamada “crisol de razas”,  pudo haber tenido en su origen alguna buena intención, pero está claro que al ponerse en marcha no aportaba un solo beneficio real para el país. Comprendamos que haya personalidades de la vida pública y política panameñas clamando acaloradamente en contra de la apertura masiva que ha supuesto y supone el programa de la discordia:

En materia de seguridad -y salubridad- deberíamos tener la guardia mucho más elevada de forma permanente, porque somos un país de tránsito, el Hub de las Américas, el país que “Une al Mundo”... que, más allá de ser un buen titular, debiera ser una alerta de responsabilidades titánicas pues por aquí pasa mucha gente a diario. De hecho, deberíamos estar más duchos en la materia, porque esto viene desde antes de la historia republicana, por lo menos desde 1885, con la inauguración el primer Ferrocarril interoceánico.

Pero hoy, los riesgos que nos conlleva ser tierra de tránsito ya son suficientemente elevados por sí mismos; si además le sumamos la pérdida injustificada de filtros y controles, en un momento de auge económico, con fuertes olas de inmigración comercial, empresarial  e individual, el resultado podría ser cuando menos un desastre.

Pero los lamentables acontecimientos que estamos viendo y viviendo en las redes sociales en estos días, nos muestran que ya estamos en alerta: en este caso, la alerta es de carácter socio-cultural, con un panorama atestado de casos de estudio; Un verde pasto para sociólogos y antropólogos amantes de la investigación de campo…

Una horrible lluvia de insultos cae a diario en pleno verano panameño. Los causantes, apenas tres gatos -o tres gatas- pues no son más,  tienen una cruzada psicótica contra la ciudadanía de este país que los recibió, y al que se empecinan en seguir viviendo…

Un buen amigo panameño me preguntó si sabía dónde venden los famosos suéteres del monito, suéteres que nace como parte de la más inteligente de las reacciones posible que se pueden tener ante tal agravio: el sentido del humor. Mi amigo dice querer uno y  sospecho que quien los ponga a la venta en algún centro comercial hará tremendo negocio,  pues creo que ya somos muchos que lo luciríamos con una inmensa satisfacción…

Yo soy Panamá, como reza la canción de Osvaldo que suena en una campaña en la radio. Sí, señores, Yo soy Panamá,  porque vivo y trabajo,  no solo en este país, sino “para” el bien de este país que amo, con admiración y respeto hacia su pueblo. Bueno…  excluyamos de este afecto a corruptos, a los muy maleducados y a esos que adoran promover  las malas costumbres, pero en cuanto a todos los demás, es decir, los decentes, trabajadores, luchadores, creativos, valientes, talentosos  y los llenos de valores positivos, que quede claro: son la inmensa mayoría.

Y precisamente porque la idea inicial es ver a todos con buenos ojos, aquí se comprende que cuando alguien viene saliendo de una situación compleja de su país, llegue a Panamá acarreando lesiones emocionales en su maleta. Pero si al llegar a Panamá, opta no solo por quedarse, sino por aferrarse a la parte negativa del reto, sucede que haga lo que haga en este país, emocionalmente vivirá despegado de su entorno, o peor, irá cocinando su  rechazo al mismo.

 
Adaptarse a un nuevo país es un proceso difícil, todo aquel que tiene más de dos dedos de frente comprende que la experiencia de un inmigrante siempre es una cruzada, con mayores o menos dificultades y que nadie puede juzgar. No es nada fácil comenzar su vida en un país que no lo vio nacer ni crecer, esto lo sabemos, en mi caso, por experiencia, pero las cruzadas individuales del inmigrante no justifican el que abra una cruzada abierta contra el país que lo recibe y menos si ésta se basa en descalificar, juzgar e insultar al común de ciudadanos con fobias insustentables.

Sucede que cuando convergen la falta de inteligencia emocional y la falta de educación en alguien intolerante, la discordia está servida. Si además no le teme las consecuencias de irrespetarlo porque cree que su falta de tolerancia se puede alimentar de la tolerancia gratuita del local, ahí tenemos abuso, pero no hacia el inmigrante sino del inmigrante hacia su nuevo entorno.

En vez de irse a hacer ejercicio en la Cinta Costera o en el Parque Omar, que es gratis y muy saludable, los desequilibrados optan por sumarse al vergonzoso desfile de publicaciones “online” en contra de los panameños. Si no lo han visto o leído, considérense afortunados pues es bochornoso, vergonzoso y sobretodo, doloroso.

Lo triste es que se necesitan miles y miles de voces para que se perciba un hecho positivo pero una sola para empañar el mundo y la realidad. Y dudo que estos ciudadanos extranjeros tan mal educados y enfermos sean representativos del carácter, la educación y los valores de la mayoría de los ciudadanos de sus países de origen. Como siempre, lo negativo suele pesar mucho más en nuestro mundo y se roba el show.

Mi llamado hoy es hacia los residentes extranjeros que, como una servidora, cohabitamos en este hermoso país:

A los decentes, súmense a dar voces asertivas y constructivas sobre Panamá. Pues Panamá hoy es nuestro hogar. Demostremos que nos merecemos que lo sea.

A todos quienes vinieron de otros lares y hoy residen en Panamá, por favor, hagan que sus hijos, que quizás nazcan como panameños, algún día puedan pronunciar con orgullo el nombre de sus padres frente a otros panameños.

Mujer que llegaste de otro país, si con humildad de corazón abres tu mente, te emocionarás con la cultura propia y única de este país, cuya experiencia es un privilegio…

…y cuando los tembleques se acomoden lentamente sobre las hebras de tu cabello, sentirás la emoción de ser parte de esta familia, en vez de sentirse como aquel a quien no invitaron y de todos modos llegó a la fiesta a bailar mal…

En fin… Lo que queda claro con todo esto es que, ser ciudadano de la República de Panamá, y no caer mal en el intento, más que un simple proceso administrativo y legal, como todas las cosas importantes en esta vida, es Cuestión de Actitud.