CULTURA TURÍSTICA: RETO PTY

Vivir en un país como Panamá, te convierte de forma espontánea, sea cual sea tu actividad profesional, en un potencial agente de promoción turística. Pero aún son muchos los que creen que el turismo solo incumbe a los profesionales del sector.

EN PANAMÁ, TODOS SOMOS TURISMO

Naturalmente que quienes trabajan directamente con turistas son los primeros que deben ser excelentes profesionales, además de pulir su estilo, perfeccionar en materia de calidad de atención y desarrollar un elevado sentido humano del servicio (amabilidad, discreción, respeto  y tolerancia),  pero creo que todos los demás, debemos igualmente ser capaces de actuar bajo estos mismos parámetros que nada tienen que ver con el conocimiento técnico en materia turística.

Como ser humano, cuando el turista llega al país necesita toda clase de atención (alimentaria, transporte, legal, sanitaria, médica, estética, de compras, de ocio, de banca, etc.) así que de alguna forma, el contribuir a favor del turismo, es algo que “sí paga”. El turismo por lo tanto, se traduce en entrada de divisas a muchos niveles, y permea hasta el último rincón de la República

Esta industria nos remunera a todos de alguna forma y a “mayor” y “mejor”  turismo,  mayores son los beneficios para todos, sea cual sea nuestra profesión.

Pero me consta que todavía son muchos los escépticos en nuestras ciudades y barrios, que se resisten a identificarse con el turismo. Es algo tan absurdo como decir que no te identificas con el agua de tus ríos, pero quizás la falta de educación de Estado que ha habido por décadas para crear consciencia junto a la falta de tradición, sean  lo que explica la falta de conexión entre la industria y parte de la ciudadanía. El caso es que hoy, ya estamos en la mira mundial. 

Nos hemos convertido en un destino de moda según Lonely Planet, el New York Times, Travel & Leisure, CNN y tantos otros medios líderes internacionales y las cifras del incremento de vuelos directos, de conexiones, de buques de cruceros y la propia entrada de nuevos turistas, nos muestran unas cifras que eran impensables hace tan solo diez años.

Mientras no existan esfuerzos macro para cambiar actitudes y pensamiento, yo les invito a contagiar a todos con la idea de verse como parte de un DESTINO y ayudar al turista siempre que tengamos oportunidad; ser amables como actitud espontánea y cuidar nuestra calidad de sonrisa, simplemente como muestra de amor propio y amor al país.

Este es un país cuyos noticieros nos muestran que tiene a muchos desaprensivos, amigos de lo ajeno, antisociales, corruptos, profesionales sin ética que con mala praxis atentan contra la salud y la vida... y tantas otras cosas espantosas que se ocupan los medios de hacernos saber todos los días. Sabemos que muchas de estas situaciones que reflejan los medios son parte de la realidad del país y que es necesario resolver una larga lista de pendientes, pero sabemos también que la mayor cantidad de personas que habitan en este país son personas ejemplares, extraordinarias y que no puedo evitar admirar.

Panamá es un país de gente buena, amable, generosa, trabajadora, con valores y con principios éticos que no admiten discusión ni “zona gris” de interpretación. Panamá está llena de gente que conocerla implica admirarla. Estos no aparecen en los noticieros, por lo menos, no con la misma frecuencia. Pero no olvidemos que están ahí y el que definan el perfil de la nación depende de todos y cada uno de nosotros.

Así que este post se enfoca en la nueva actitud que debemos tomar todos aquellos que nos consideremos a nosotros mismos como “buenos ciudadanos”, para contribuir a hacer de este país un destino turístico de clase mundial, algo que podría llegar incuso a erradicar por completo la pobreza ya que mejorar en la calidad de procesos a todo nivel también ayuda a combatir las diferencias sociales, la corrupción y la falta de seguridad en muchos casos.

Ahora bien… ¿qué implica convertirnos en agentes promotores turísticos espontáneos, informales y no directamente remunerados?

·         Que seamos, todos,  personas amables.

·         Que seamos personas apasionadas de nuestro país

·         Que tengamos actitudes cívicas y solidarias

·         Que tengamos responsabilidad profesional, social y familiar

·         Que tengamos y contagiemos a los nuestros con sed de cultura histórica, social, folclórica, artística, turística…

·         Que respetemos el entorno y  al ambiente, con la capacidad de botar la basura en los lugares idóneos, sin  usar como pretexto que no tenías un tinaco a la vista (conserva tu basura hasta que puedas botarla en el sitio correcto)

·         Y por supuesto, que nos sintamos agradecidos por la llegada de turistas, haciendo que éstos lo noten.

En realidad se trata de ser alguien decente, interesante y con amor al país, no debería ser tan difícil, sin embargo, aún son muchos los ciudadanos que creen que el turista no tiene nada que ver con ellos y que no tienen por qué darle una sonrisa.

Recuerdo que el otrora Ministro de Turismo Rubén Blades nos decía que “las sonrisas son gratis”.

Eso es cierto, pero hay más, pues resulta que si mostramos nuestra mejor sonrisa al turista, lo más probable es que esté encantado de regresar y les contará a los suyos, en su país, que su próximo viaje lo deben hacer a Panamá, quizás querrá extender su estadía y consumirá por más días en nuestras fondas, restaurantes, hoteles, centros comerciales, taxis…impactando a favor del empleo y las oportunidades en todas las provincias y comarcas de nuestro país.

No perdamos ni el rumbo ni la esperanza, ya estamos en el buen camino ahora solo se trata de que estemos todos convencidos y que los jóvenes crezcan en un mercado empapado de lo que debe ser el nuevo fenómeno de Panamá: la cultura turística.

Al fin y al cabo, lograr un desarrollo sostenible del turismo y hacer que se traduzca en una mejor calidad de vida para todos será, como todas las cosas importantes de nuestra vida, cuestión de actitud.