miércoles, 30 de abril de 2014

HUMANOS CON CORAZÓN SINTÉTICO

El dilema de la frontera entre lo humano y lo artificial hace tiempo que ocupa páginas y mentes. Pero cuando se trata de un corazón, se abre una inevitable discusión ética e incluso religiosa. ¿Se imaginan que hablemos de que alguien se someta a un trasplante de corazón y que el corazón que reciba no sea un corazón humano?

Pues ya no es materia para nuestra imaginación, sino algo muy real que ya tiene a un protagonista.

El 20 de junio de 2013, a Randy Shepherd, de 40 años, le salvó su vida el Corazón Totalmente Artificial provisorio de SynCardia. Este es el primer y único Corazón Totalmente Artificial aprobado por la FDA, Health Canada y la CE.

 
Shepherd hizo ya una histórica caminata, la primera realizada por una persona sin corazón humano. Completó 4.2 millas en la carrera de Pat’s Run este 26 de abril en Phoenix tras la cual confesó sentirse muy bien como si la carrera hubiera sido parte de su entrenamiento, es decir… prueba superada.
 

Su corazón había recibido fuertes daños en dos ocasiones en las que Shepherd había padecido “fiebre reumática”, eso fue en su adolescencia y las secuelas fueron graves, tanto que fue necesario quitar su corazón y sustituirlo por uno completamente creado de forma artificial.


Este caso de éxito hoy nos abre las puertas a un nuevo escenario de esperanza para millones de seres humanos. Pero también nos demuestra que nuestra esencia no se localiza en nada físico ya que tras sustituir el órgano al que se le atribuye nuestra capacidad de amar, Shepherd sigue siendo el mismo, sigue amando igual a sus seres amados y sigue conservando exactamente sus mismos sentimientos,


El caso es que lo que nos hace humanos no es el tejido que nos compone,  sino nuestra forma de razonar y de vivir, nuestro sistema emocional y el uso que hacemos del mismo, siendo ello una serie de procesos que pueden fuir de forma independiente al origen de los tejidos que nos “compongan”.


Así pues, vivir con la posibilidad de caminar, correr,  comunicarnos… dependerá ante todo de nuestro estado de salud, de integridad física y del rendimiento de nuestros órganos y funciones vitales, así como la calidad con que mantengamos nuestros grupos musculares y los valores de nuestros indicadores de salud, sin embargo, afirmar que somos humanos ya no depende necesariamente de todo lo anterior.

Así pues, que las personas que nos quieren y nos rodean nos consideren un ser humano, como todas las cosas importantes en esta vida, es, simplemente, cuestión de actitud.

viernes, 25 de abril de 2014

A POCOS DÍAS DE UN NUEVO PRESIDENTE

Ayer fue el último día calendario para que medios y encuestadoras pudiesen realizar publicaciones sobre los resultados de los estudios nacionales que revelan la intención de voto en Panamá.

Nuevamente, vimos que las dos grandes empresas encuestadoras nacionales dan resultados antagónicos, si bien ambas coinciden en un fenómeno histórico: un empate técnico entre 3 candidatos.

Esta HIDRA de poder que no ha logrado devorarse entre sí, requiere de una pronta definición sobre cuál de sus tres mentes será la que gobierne los movimientos del cuerpo en los próximos 5 años. Como residente extranjera, debo confesar que el hecho de no poder ejercer el voto en el país en el que vivo y trabajo, al contrario de lo que pensaba hace un tiempo atrás, hoy se torna en parte, en una liberación.

Estas elecciones, tal y como se predijo hace dos años por parte de los principales analistas y comunicadores sociales, han sido verdaderamente únicas en su especie. Un escenario pre-electoral sin precedentes, con tal densidad informativa y publicitaria por parte de los tres principales contendientes que, a día de hoy, nos tiene cubiertos con un manto multicolor,  sembrado sobre la faz de la patria istmeña. El cual, por cierto,  espero sea velozmente extinguido entre el día 6  y el 8 de mayo…

Hoy, entendemos que la publicidad en exteriores, con todos los formatos imaginables, es parte intrínseca de la fiesta electoral, pero tras la misma, tanto si tu partido fue el vencedor como si no lo fue, así sea por treinta-mil votos, por favor, retiren todos los afiches, banderolas, lonas, carteles sembrados, pasa-calles, estandartes y demás comunicaciones impresas, de todas las calles, avenidas, edificios, parterres, isletas, parques, farolas, semáforos… que hoy se extienden a lo largo y ancho del país.

Como entusiasta de la comunicación, debo confesar que esta contienda está siendo un verdadero caso de estudio que no puedo dejar de vivir, seguir y evaluar. Hemos visto como algunos candidatos han logrado marcar nuevas tendencias estéticas y estratégicas, tanto en materia de filmación y expresión ante la cámara (por ejemplo estableciendo una nueva distancia con la misma), como en materia de las fuentes tipográficas a usar.

El Sr. Arias, por ejemplo, nos trajo el súper primer plano, el que corta a mitad de la frente, otorgando una experiencia de realidad y de proximidad con el espectador, algo que vemos que ha imitado el Sr. Navarro en una de sus últimas cuñas televisivas, lo que implica que ya es una nueva forma de comunicarse en materia publicitaria en nuestro país.

En cuanto a la calidad de producción de las piezas comerciales, estamos viviendo pasos agigantados en cuanto al uso de la luz, del color, de los efectos en post-producción y por supuesto, de la filmación y edición para alta definición y es justo admitir que algún comercial ha sido verdaderamente impresionante en este sentido. Pero también hemos visto afianzarse otra forma más sencilla de comunicarse con el electorado, no tan sofisticada, la que muestra un esquema más clásico del candidato (que no tradicional). Por supuesto, preservando calidad de encuadre, de luz y de todos los elementos que conforman la pieza, mensaje incluido.

Así pues, podemos afirmar que la intención de lograr calidad técnica en las piezas ha sido un denominador común. En cualquier caso, este asunto es sumamente interesante porque se ha coincidido en la busca de la calidad de ejecución pero se han contrapuesto visiones y ello denota que cada quien cree que el elector es "alguien diferente" o bien, quizás cada candidato se proyecta hacia un distinto perfil de elector según el momento de la campaña. Esto suele suceder cuando ya no se desarrollan las piezas pensando en aguantar tu voto duro, sino cuando el equipo de la campaña del candidato siente que debe enfocarse más hacia aquellos que todavía no han tomado una decisión.

Miren, cuando vemos que en un país que por tantos años fue "bipartidista", se ha tornado -definitivamente- en “tri-partidista”,  el nuevo escenario  obliga en cierto modo a revisar mucho más profundamente (a nivel interno) el trabajo que se debe llevar a cabo dentro de cada partido, es decir, trabajar de manera menos superficial.

Creo que el Panamá de hoy, líder en materia turística, logística, en transporte, en biodiversidad…  necesita políticos con vocación de servir; verdaderos administradores públicos, capaces, que hagan su "tarea" en materia social, ecológica, visual, educativa, sanitaria y que lo hagan de la mano de los mejores en cada caso, con transparencia de procesos y haciendo un uso adecuado de la tecnología,  incrementando así la competitividad del país a la par que mejoran la competitividad de quienes lo habitan.

Amigos, gane quien gane de los tres, que Dios lo ilumine para que se rodee de los mejores. No de sus mejores amigos, sino de los mejores amigos del BUEN HACER.

Un país sin sostenibilidad medioambiental un país sin futuro.

Un país sin protección para la juventud en riesgo social, sería es un país sin futuro.

Un país sin calidad en la gestión pública del agua, sería un país sin futuro.

Un país en el que no fueran evaluados sus educadores, sería un país sin futuro.

Necesitamos un país cuyo gobierno trate el turismo como un proyecto de Estado, protegiendo sus costas y espacios naturales, normando la calidad del servicio y la atención turística, haciendo campañas educativas y  limitando la altura de las construcciones en las playas y áreas rurales…

Todo lo que cito está de alguna manera entre las promesas de los tres candidatos, solo espero que sean, en los tres casos, verdaderos planes de trabajo que se vayan a respetar, con incentivo pero también con fiscalización.

El tema de la seguridad sería probablemente tema para llenar todo un artículo, pero para no dejarlo por fuera en esta reflexión de hoy, simplemente les hago la observación de que suele ser el resultado de cómo se gestiona todo lo anterior.

No creo que incrementar los castigos o las penas resuelva de veras un problema, pues creo más en atacar una situación desde su raíz. Son las oportunidades -y la calidad de las mismas- las que definen la trayectoria de cada uno de los seres humanos. Por supuesto que las fuerzas del orden deben preservarlo y deben ayudar a combatir el flagelo del narcotráfico, pero éste mismo, así como cualquier forma de crimen organizado, se debilita en el país cuyos habitantes cuentan con un sistema administrativo, jurídico, fiscal y social que les construye un escenario de oportunidad. Ello hace bajar índices de delincuencia, de suicidios y de víctimas que suelen ser el resultado de un escenario enfermo.

Gane quien gane, deberá llevar a cabo la gestión implacable de aquellas políticas que no satisfacen a algunos pocos, como esos que velan solamente para sus beneficios personales y que, lejos de ser un puente de progreso, constituyen un tóxico para el verdadero desarrollo del país.

Así pues, gane quien gane, que tenga el valor de gobernar para el país entero, para los más débiles, para las minorías rechazadas, para salvaguardar el que seamos de veras un puente de vida (con lo que ello implica) y que nuestro sistema educativo compita con el de los países más avanzados en materia de educación pública.

Al fin y al cabo, saber gobernar para el bien de 3.4 millones de almas es, como todas las cosas importantes en esta vida, cuestión de actitud.

miércoles, 16 de abril de 2014

Patógenos en la red – el bullying disfrazado de “amistad”


Las redes sociales son una prueba diaria para la tolerancia, la templanza y el respeto.
Todos hemos leído un sinfín de artículos sobre el cyber-bullying en las redes sociales, algo que suele afectar actualmente a miles de menores, sin embargo hoy prefiero enfocarme en algo que creo que sólo con un poquito de auto-observación y sobretodo de voluntad, es posible cambiar. Algo que además, atañe exclusivamente a personas adultas y con el criterio formado, de quienes se espera que -por su edad- no tengan ciertas actitudes, menos  con sus contactos visibles como cercanos, llamados "amigos", en la red social.

Una de las virtudes que más me fascinan en el ser humano es la elegancia. Virtud que nada tiene que ver con las posibilidades económicas, sino que se compone de una mezcla entre apropiadas costumbres aprendidas en casa, una sana madurez  y la suma de actitudes enfocadas a preservar la educación, los principios éticos universales y a elevar el diálogo. El resultado es algo poderoso e impagable que tiene un elevadísimo atractivo universal.
Hoy, tener la habilidad y la inteligencia de “no pronunciarse” y “no poner absolutamente nada” bajo una imagen que alguien posteó, es lo único verdaderamente elegante que puedes hacer  cuando una foto o post te desagrada o incomoda de algún modo.
Por más duro que sea admitirlo, sobretodo  en ciertas ocasiones, hay algo de maldad tras cada crítica, burla o reclamo a un “amigo” en tu red social. Algo que en el fondo deja mal al autor de los comentarios negativos y no necesariamente al “criticado” o “burlado” si bien a éste puede llegarlo  a herir.

En cuanto al “público”, que no es tan diferente al que otrora clamaba por pan en el circo romano, en ocasiones aplaude la chabacanería y la burla porque está en sintonía con el tipo de ocio y humor que persiguen y por lo tanto les resulta una fuente de diversión. Alientan con sus clics sobre el ‘Me gusta’, creyendo que si logran humillar al pobre criticado habrán superado algún tipo de obstáculo personal.
El usuario “atacado” no esperaba ser expuesto de ninguna forma por quien figura en una lista que tiene por título “Amigos”. Es aquí, habiendo llegado a este punto cuando uno se para y depura su lista (…………….). ¿Hecho?  Sigamos.

Fuera del insulto explícito, está lo verdaderamente dañino y peligroso, como la burla escondida tras la ironía y el reclamo de atención. Dos formas de dañar a otro que cada día me parecen más deprimentes y si no fuera porque ciertas redes sociales son la única forma de estar “conectada” y “cerca” de mis seres queridos y de los amigos que tengo a miles de kilómetros de donde vivo, ya habría cerrado mi perfil hace tiempo.
Me imagino que ante la diversidad del colectivo de usuarios hallaríamos diversidad de razones que llevan a aliguen a ser incapaz de domar a su “bestia”.

Esta es una innegable realidad que se refleja en las redes y por supuesto en la vida y así como existen toda clase de personas, hay también toda clase de usuarios. Familiares, caseros, entusiastas, soñadores, comunicadores, profesionales,  ausentes, discretos, los narcisistas, los egocentristas, los militantes de causas… En fin, podríamos estar hasta mañana dando ejemplos de los posibles arquetipos de usuario, pero quienes merecen ser asoleados realmente son quienes hacen daño abusando de la cortesía que le dieron al aceptarlos como “amistad”.
Porque en general, habrá gente más latosa que otra, gente ocurrente, gente a la que le debes  el estar súper actualizado en ciertos temas, están los que siempre se quejan de algo (estos admito que rozan lo tóxico, pero si lo hacen con sentido del humor puede ser incluso terapéutico (al menos para ellos, lo que ya beneficia a alguien…)

Están los que aman tanto a su familia que no paran de mostrártela, benditos sean por ello!
Así que ninguno de ellos hace daño y en el fondo, todos tienen derecho a tener su espacio social para compartir y comunicarse. No olvidemos que éste es un mundo a menudo duro, difícil y solitario.

Pero bajo el disfraz de “amigo” por ser un conocido, alguien de tu círculo social, familiar, profesional y sabiendo que debido a eso el margen de aceptación de sus contactos es generalmente amplio, están quienes profesan ataques dañinos cuya víctima debe digerir como pueda. Éste si es un patógeno en la red.
¿Cómo reconocerlo?

A veces es esa persona que se atribuye la potestad de juzgar y opinar sobre lo que comparten otros  faltando a la dignidad o al respeto, con total impunidad. Al ser un “amigo”, se “espera” que no vayan a “eliminar” sus comentarios que -quizás con ironía- logran ser ofensivos.  

Señores, esto también es bullying.
Quizás el autor de tales fechorías se cree ocurrente y con la potestad de actuar así. Quizás padece de las consecuencias de un deficitario proceso educativo o de escasa madurez. Quizás se trata de alguien que padece de egocentrismo patológico, por narcisismo, debilidad de espíritu, envidia, complejos, que sé yo… pero lo que hace encaja en los parámetros de lo que se conoce como bullying:

Cada vez que haces un comentario de la foto de otro en que menosprecias de algún modo a quien la publicó o,  peor aún, a quien aparece en ella, esto es bullying.
Cada vez que usas un eufemismo o ironía para descalificar la actitud o actividad de alguien en la foto que te compartió y lo haces en los comentarios abiertos en la foto, esto es bullying

Cada vez que faltas el respeto de forma directa a alguien en tu comentario en su post, esto es bullying.
Cada vez que aireas algo personal de quien compartió una publicación, entablando de forma tiránica una conversación personal en un foro abierto, dañas la dignidad o la imagen de esa persona. Tanto si es un acto consciente o no, esto es bullying.


Sin importar qué tanta razón puedas tener, nadie comparte una foto propia en una red social para sus “amigos” sino es con la ilusión de acercarles un pedazo de su vida, de sus emociones, de sus anhelos, o de sus logros personales… si no te gusta o no estás de acuerdo, sé elegante y ponte las manos en los bolsillos, y lucha contra la tentación de querer imponer tu presencia y tu opinión, a costillas de herir a otro.
El Diablo es cochino, así que sé más listo que él y no te dejes... Dominar a la bestia es parte de las obligaciones de un adulto. Ejercita tu voluntad y lograrás un cambio que de seguro implicará mejoras, ante todo, en tu propia vida. Si mencionar a cuantos dejarás de importunar.

La elegancia en la vida y por ende, en las redes sociales, es la única forma de ganar credibilidad ante todos aquellos  quienes -de una u otra forma- atestiguarán tus pasos por ese muro. Al fin y al cabo, hacer de tu paso por las redes sociales una experiencia agradable para todos será, como todas las cosas importantes en esta vida, cuestión de actitud.

miércoles, 9 de abril de 2014

S.O.S - REBELDES CON CAUSA

La reflexión de hoy es algo delicada porque se basa en un tema que actualmente aqueja a un colectivo especial de inocentes: aquellos niños y niñas que sufren de ciertos grados de desatención en la mal llamada “sociedad del bienestar” del siglo 21. Este es uno de los tabúes que tenía ganas de romper desde hace tiempo con la esperanza de aportar en positivo y nada más.  



La rebeldía infantil, según los expertos, especialmente cuando se torna en una pauta habitual de reacción, se considera un trastorno de la conducta. Si bien parece ser un tema incómodo de ahondar para los papás y mamás, a juzgar por lo que me han compartido últimamente maestros, psicólogos e incluso médicos, que lo viven a diario, esta problemática constituye un verdadero reto comunicacional con los acudientes de estos menores, mal que -según parece- deriva de una curiosa alienación de los adultos con su propia realidad…

En general, se suele hacer un mal uso del concepto de rebeldía, lo que amplía el espectro de dudas favoreciendo aún más que se le dé la espalda a la realidad. En sí mismo, el “vocablo” define algo que no es saludable y que necesita corrección, ya que aleja al individuo de su bienestar.

A menudo se usa el nombre de este trastorno (rebeldía) para describir actitudes de lucha a favor de una transformación positiva de alguien, pero suele tratarse de adultos y aún así, el término no termina de ser del todo correcto.

Alguien que goza de equilibrio mental y observa la necesidad de corregir o cambiar una situación injusta, si trabaja para lograr ese cambio, en un proceso que no sea lesivo -sino constructivo-, definitivamente, no podemos llamarlo Rebelde. Habrá otros términos como “pacifista”, “ecologista”, “justo”, “honrado”, “valiente”, “héroe”, “voluntario”, “ejemplar”, “líder”…que serían  más adecuados. Seguro que todos entenderemos que si alguien desea cambiar una realidad, pero lo hace bajo un código de valores universales y con respeto al prójimo, no lo hace como producto de un trastorno, sino más bien debido a una sana madurez.


Siendo así, les ruego que no usemos a la ligera la palabra Rebelde para describir algo admirable ya que por un lado mermamos injustamente la imagen de este ser humano de buena voluntad, pero por otro lado, eliminamos carga de responsabilidad hacia las verdaderas víctimas de este trastorno. Y he aquí donde se acentúa mi preocupación y la necesidad de compartirles este texto, en el que voy a tratar de resumir qué está sucediendo, porqué y cómo podemos tomar conciencia al respecto. Si me permiten hacer un uso eufemístico del vocablo, mi actitud de hoy sería la de “rebelarme” contra una realidad que aqueja a inocentes.

 
La rebeldía como manifestación de trastornos de la conducta, es algo muy serio y más recurrente de lo que según parece estamos dispuestos a admitir. De no ser atendida a tiempo, puede llevar a la adicción a las drogas o al alcohol, incluso, según los expertos, a la psicopatía, en lo que sería el proceso de “fabricación” de un asesino. Pero antes de que se llegue a puntos de difícil retorno, sobre todo cuando el ser humano está aun dentro de su etapa de desarrollo infantil temprano, la primera víctima de su propia rebeldía suele ser él mismo (o ella misma).
 

El cine nos ha mostrado a rebeldes inolvidables, algunos con más causa que otros, muchos de ellos en cierto modo entrañables porque su problemática en la trama del film nos despertaba sentimientos de admiración y de protección. Si consideramos que estos personajes conectaron emocionalmente con el público y en algún caso se tornaron en verdaderos iconos, definitivamente es que algo cautivador había en ellos.

 
Entre los famosos “sin causa”, el más icónico sin duda fue Jimmy Stark, el inolvidable personaje encarnado por James Dean, que junto a una joven Natalie Wood, nos mostró al adolescente con incomprensibles turbulencias emocionales, crisis de identidad y serias dificultades para controlar su actitud. Sin embargo, como delataba el título del film, “Rebelde sin causa”, nos presenta una rebeldía que aparentemente no atendía a ninguna causa identificable. Esto por supuesto facilitaba convenientemente el que sólo se lo tuviera que señalar a él como “primer y último” responsable de su conducta. La película, de 1955, nos muestra cómo la actitud revoltosa y “conflictiva” de Jim,  lo lleva a tenerse que mudar en varias ocasiones con su familia, porque la comunidad rechazaba a alguien “así”…  La familia Stark pues, era víctima de Jim y no al revés.

 
¿Sería hoy la experiencia de Jim sería distinta? Vivimos en un mundo muy  seccionado en estratos socio-económicos, cuyos segmentos más desfavorecidos y en riesgo social suelen conformar las mayorías. Ello puede camuflar fácilmente a todos esos niños y niñas que en sus hogares tienen vivienda, trabajo, estudios y oportunidades, pero que sufren trastornos derivados de la falta de afecto.


Nace así, una creciente –por ahora- minoría que sin embargo, cómo nos alertan los expertos, sus casos han crecido en la última década, entre las clases media y media-alta, popularizando algunos trastornos de la conducta hasta llegar incluso a ser banalizados. Me explico: por grave que sea, hoy se ha tornado en algo “normal” señalar que un niño es “hiperactivo”, que sufre DDA o que es “muy rebelde”. Se culpa irónicamente a la televisión, a la tecnología y a la inevitable necesidad de trabajar muchas horas fuera del hogar que nos “exige” el mundo actual, pero todo suena (y perdón por mi francés) a una gran patraña.

 
Nuestros niños y niñas de la clase media trabajadora, según parece, no son víctimas de la televisión, sino de que en sus hogares sea algo normal ponerlos a ver televisión en vez de jugar, pasear, ir al parque. Nuestros niños y niñas no son víctimas de la tecnología, sino que en vez de sacrificar el ocio adulto, suele obligarse a los niños a soportar una agenda diseñada para adultos, algo que soporta “bastante” si conectas al chiquillo a un “tech device” ya que así se aliena y sobre todo “no molesta”.   

 
Quizás, Jim necesitaba otro tipo de oportunidades, pero los Jimmys de hoy, sufren la “aceptación”, un arma de doble filo que curiosamente se torna en su jaula, un impulso diario para acrecentar su transtorno hasta que éste se vuelve “insoportable” o “peligroso”.

Está demostrado que la escasez de afecto y de verdadero respeto hacia el niño o adolescente, (algo que incluye la creación de hábitos, obligaciones, horarios, y un claro sentido de la consecuencia en la disciplina propia y ajena) lleva al pequeño a sufrir serios trastornos de la conducta. Los expertos no paran de recordarnos que la conflictividad familiar que conlleva la existencia manifiesta de discrepancias, hostilidad, agresividad, distanciamiento afectivo de la pareja, etc. es causa frecuente de múltiples problemas emocionales y adaptativos de los niños y adolescentes. Los llamados síntomas comportamentales de los diversos síndromes infantiles se clasifican como sigue, a notar que el punto 6 nos lleva de regreso al tema de hoy:

1.      Déficit: Inhibición y pasividad relacional. Timidez.

2.      Exceso: Agresividad e ira, comportamientos disruptivos o disociales.

3.      Conductas sustitutivas: alcohol y drogas.

4.      Búsqueda de compensaciones afectivas fuera del hogar (pandilla, sexo, etc.).

5.      Problemas con las figuras de autoridad.

6.      Rebeldía

7.      Baja integración escolar y problemas de rendimiento.

¿Será que Jim creció con falta de amor en las paredes de su hogar?

¿Será que en su casa no había un sentido real de la consecuencia entre el discurso de los adultos y las actitudes de los mismos?

¿Será que entre los miembros adultos había agresividad? No olvidemos que la agresividad no solo son golpes o maltrato físico, existe la peligrosa agresividad pasiva que puede llegar a la destrucción total del autoestima o auto valoración de un adulto.

 
En fin, nunca lo sabremos en realidad, pero si es cierto que al conocer el amor de Judy (Natalie Wood), todo cambió… Si bien la película no nos da un “Final Feliz”  (por si se animan a verla no voy a dar más detalles) lo que está claro es que, una vez más, nos muestra la importancia del amor, lo que refuerza -al menos en parte- mi teoría de que la actitud de los “Jimmy Stark”, SI TIENE CAUSA.

Ellos son parte de nuestra realidad actual, de hecho están en mayor actualidad que nunca, y quisiera animarles a ver que no son “un problema”, señores, ELLOS/ELLAS son quienes lo “tienen” y “viven” con los  problemas que les han creado desde afuera. Esto les hace sufrir.

En las escuelas, los maestros, o en las familias, los adultos responsables de los menores, pero a todos nos toca observar esta posibilidad. Alerta cuando oigamos que “Este niño es muy rebelde” “tiene muy mal comportamiento”, etc… Son las frases que nos deberían abrir los ojos y darnos la valentía de entender que la Rebeldía no es una actitud voluntaria de un ser en pleno desarrollo infantil temprano, sino un aviso, un claro trastorno de su conducta con indudables causas que lo han originado. Solo detectando el origen de su actitud, la raíz del problema, podremos ayudar al pequeño “rebelde” a ser más feliz. Y entiendo, tras lo que nos advierten los verdaderos expertos en el tema, que tenemos el deber de observarlo y trabajar en cambiar los “elementos causantes” para ayudarlo a tiempo, antes de que el drama de esa personita sea irreversible o llegue a la adolescencia con total inadaptación, como Jim.

 
Si bien ahora se trabaja desde la psicología infantil y familiar, por años se consideró en medicina que la Rebeldía era una enfermedad psiquiátrica. Esto podría explicar que la película “Rebelde sin causa” esté inspirada en una publicación de un doctor en psiquiatría. Si bien el libro original no relata la misma historia, porque describe el perfil de un psicópata asesino, es decir, que la historia matriz describe a alguien diferente al protagonista de la historia cinematográfica. Pero quieran o no, de algún modo nos pone en alerta esta conexión entre la falta de afecto y de responsabilidad del entorno familiar y las graves consecuencias que ello puede acarrear en el futuro de esa persona.

 
En cualquier caso, hacer de un rebelde sin causa, un ser amado, reconociendo que le sobran los motivos para actuar de forma preocupante y que está en nuestras manos ayudarlo, será, como todas las cosas verdaderamente trascendentes en nuestra vida, cuestión de actitud.

viernes, 4 de abril de 2014

EL ARTE DE SABER IDENTIFICAR EL "VERDADERO" ARTE


La pregunta ¿Es esto verdaderamente arte? me tiene algo preocupada, sobre todo por lo recurrente que ha sido y que sigue siendo. Así que decidí dedicar mi post de hoy a un tema que aun tiene demasiados tabúes, cuando debería ser como el aire que respiramos, parte instrínseca de nuestra formación, educación y vida.
 
Probablemente sea el miedo natural del ser humano a dejarse llevar por sus emociones (aun fuera sin perder la decencia ni el decoro) lo que nos lleve tan a menudo a no saber identificar el umbral de lo artístico.
 
 
 

En la mayoría de los hogares se les olvida educar a sus hijos en materia de sensibilidad hacia las artes. ¿Acaso  no es el ARTE algo intrínseco a nuestra condición humana? Parece ser que muchos creen que no. La verdad es que TODOS podemos desarrollar la sensibilidad que nos permita distinguir lo que de veras es arte y además disfrutarlo.
 

Identificar si algo es arte o no lo es, no es solo un tema de “opiniones” arbitrarias, es algo mucho más profundo y existe un proceso real en la experiencia vivencial de una obra que hace que la misma adquiera el valor que la eleve a creación artística de calidad, incluso a tornarse en eterna y en un bien para el mundo, que hay que proteger, estudiar y dar conocer (exponer).

 
Si bien es un hecho que el arte está en todas partes,  también es un hecho que “no todo lo que nos presentan como arte”, en realidad lo es. El reto es constante, porque hoy en día las expresiones artísticas nos rodean por doquier. Lo vemos en las calles, con el creciente arte urbano, o en los festivales de ARTE, muy en tendencia, las exposiciones en el formato tradicional o los conciertos y espectáculos. El arte puede estar en todas partes, a veces incluso nace en medio de una creación publicitaria; los “artes” publicitarios sólo se pueden considerar una obra de ARTE en ocasiones muy puntuales, pero… ¿cuándo?

 
Hay una manera de saberlo. Reconocer una obra de arte y -aún más importante- reconocer el buen arte, es posible, siempre que se siga un proceso completo de evaluación y experimentación de la obra y hoy quiero mostrarte una manera sencilla de lograrlo.

 
Mi objetivo  de hoy es ayudarte a que puedas disfrutar "más y mejor" de las artes y a que establezcas un criterio que sea fiel a tu código natural de emociones (el único código válido es el tuyo, el propio y lo debes desarrollar con el tiempo).

 
Para ello, a continuación te presento las reglas que me han ayudado a dejarme seducir por obras maravillosas y también a “descartar” todo lo que no lo es. Por más que esté “bien ejecutado” o que haya una trayectoria del artista demostrada.

 
Lo que para algunos es arte de calidad, para otros podría ser “basura”. Lo que me importa es ayudarte a que sepas qué es para ti. Así que comencemos el ejercicio, ¿estás listo?

 
Respira profundamente. Supongamos que estás (ahora mismo) plantado frente a “algo” que alguien te presenta como una “obra de arte”.

 
Si es posible, trata de recordar alguna vez que hayas visto una escultura, mural o cuadro que te haya gustado mucho, eso sería fabuloso para hacer de este decálogo un manual útil y re-utilizable:

Sabrás que es ARTE…

 
1)      En primer lugar, si se trata del resultado de una acción consciente y voluntaria de expresión de un ser humano.

      2)      Si te impacta a un grado tal que te resulte difícil o imposible de olvidar

 
3)      Si hace viajar tu mente o te logra llevar con tu imaginación hacia algún lugar más allá del espacio físico en que estés experimentándolo. Sobre todo, si ello sucede aunque tú no quieras…

4)      Si es arte, te va a activar emociones diversas y de todos los colores, desde alegría, nostalgia, ira, miedo, incluso de rechazo.

5)      Si lo que ves "te habla" o te da pistas de su autor. Por ejemplo, si te revela sus secretos o emociones más íntimas (como miedos, frustraciones, deseos, sentimientos, preocupaciones), es decir, que al observarlo o experimentarlo recibes la “identidad” de alguien que desea llegar a ti, trata de reconocerlo como si fueras cómplice de ese mensaje y tuvieras que mantenerlo en secreto, entonces sigue observando y …

6)      …si no puedes dejar de observarlo, si necesitas viajar con tu mente por los detalles del elemento, si juega con tu voluntad y te obliga en cierta forma a recorrerlo con tu mirada y…

7)      …si cambia algo dentro de ti al observarlo o experimentarlo, por ejemplo, venías con un pensamiento pero ese pensamiento desaparece de tu mente y a partir de este momento al observar la  obra o al oír esa pieza musical, sientes que tu pensamiento cambió porque se fue y llegó otra idea inesperada en tu mente…

8)      Y finalmente, tras todo este proceso tu imaginación te lleva a crear algo nuevo por ti mismo, es decir, si te inspiró… sigue disfrutando porque muy, muy, muy probablemente estés no sólo ante ARTE, sino ante BUEN ARTE. Sigamos…

9)      Si al experimentarlo sientes que hay otras personas que conoces que deberían verlo o escucharlo…

10)   Si -aunque quizás sin saber muy bien porqué- te gustaría llevártelo contigo y poderlo ver cada vez que desees… o poderlo escuchar cada vez que desees como si ya no concibieras la vida de igual forma porque experimentar esa obra ha llenado un vacío que no sabías que existía en tu ser…

Es oficial: descubriste una pieza de arte de gran calidad y tuviste la dicha de disfrutarla.
 
Puede que esto ya te haya sucedido, puede que no, pero puedes usar este decálogo para practicar hasta lograrlo y hallar obras de arte que logren (en ti) alcanzar estos 10 puntos de experiencia.

No permitas que nadie te diga que ese cuadro que te llevó a experimentar estos 10 pasos es una basura,  porque no es cierto. Sé generoso y permite que otros que quizás no logren entender por qué te gustó, hallen su propio arte. Sé también generoso contigo y trata de seguir buscando piezas que estimulen tus sentidos.

Si consideramos que el ARTE nos ofrece tantos placeres y emociones ¿por qué no ir nosotros a buscarlo en vez de esperar pasivamente que éste nos encuentre? Entrar a una exposición de un artista, por ejemplo, es una aventura que nunca sabes a dónde te puede llevar. Escuchar una obra musical completa, lo mismo, entonces, ¿por qué no aprovechar cada oportunidad que tengas para hacerlo?

A lo mejor ese viaje que deseabas hacer -y que tu presupuesto no te lo permite- no es ni la mitad de emocionante que el que puedas hacer con tu mente y tu imaginación, al acercarte a los artistas más “sinceros” de tu ciudad, los que menos miedos tienen de expresar sus emociones y los que más habilidades tienen para ayudarte a ir a esos lugares que no sabías que existen, ah! …y ello estando sano y sereno, ya que el buen arte por sí mismo te puede llegar a “embriagar”.

El enfocar nuestro habitual exceso de energía hacia el arte y la cultura podríamos ayudar a disminuir las cotas de demagogia, materialismo  e hipocresía que aún gobiernan nuestro mundo. No crees que sería una forma sencilla de mejorar nuestra vida y la de los demás,  al tiempo que incrementaríamos nuestra felicidad?

Como viste, no es tan difícil. Al fin y al cabo, hacer del arte parte de nuestra vida es, como todas las cosas importantes en esta vida, cuestión de actitud.