La pregunta ¿Es esto verdaderamente arte? me tiene algo preocupada, sobre todo por
lo recurrente que ha sido y que sigue siendo. Así que decidí dedicar mi post de hoy a
un tema que aun tiene demasiados tabúes, cuando debería ser como el aire que respiramos, parte instrínseca de nuestra formación, educación y vida.
Probablemente sea el miedo natural del ser humano a dejarse
llevar por sus emociones (aun fuera sin perder la decencia ni el decoro) lo que
nos lleve tan a menudo a no saber identificar el umbral de lo artístico.
En la mayoría de los hogares se les olvida educar a sus
hijos en materia de sensibilidad hacia las artes. ¿Acaso no es el ARTE algo intrínseco a nuestra condición
humana? Parece ser que muchos creen que no. La verdad es que TODOS podemos
desarrollar la sensibilidad que nos permita distinguir lo que de veras es arte
y además disfrutarlo.
Identificar si algo es arte o no lo es, no es solo un tema de
“opiniones” arbitrarias, es algo mucho más profundo y existe un proceso real en
la experiencia vivencial de una obra que hace que la misma adquiera el valor
que la eleve a creación artística de calidad, incluso a tornarse en eterna y en
un bien para el mundo, que hay que proteger, estudiar y dar conocer (exponer).
Si bien es un hecho que el arte está en todas partes, también
es un hecho que “no todo lo que nos presentan como arte”, en realidad lo es. El
reto es constante, porque hoy en día las expresiones artísticas nos rodean por
doquier. Lo vemos en las calles, con el creciente arte urbano, o en los
festivales de ARTE, muy en tendencia, las exposiciones en el formato
tradicional o los conciertos y espectáculos. El arte puede estar en todas partes,
a veces incluso nace en medio de una creación publicitaria; los “artes” publicitarios sólo
se pueden considerar una obra de ARTE en ocasiones muy puntuales, pero… ¿cuándo?
Hay una manera de saberlo. Reconocer una obra de arte y -aún
más importante- reconocer el buen arte, es posible, siempre que se siga un
proceso completo de evaluación y experimentación de la obra y hoy quiero
mostrarte una manera sencilla de lograrlo.
Mi objetivo de hoy es ayudarte a que puedas disfrutar "más y
mejor" de las artes y a que establezcas un criterio que sea fiel a tu código
natural de emociones (el único código válido es el tuyo, el propio y lo debes
desarrollar con el tiempo).
Para ello, a continuación te presento las reglas que me han
ayudado a dejarme seducir por obras maravillosas y también a “descartar” todo
lo que no lo es. Por más que esté “bien ejecutado” o que haya una trayectoria
del artista demostrada.
Lo que para algunos es arte de calidad, para otros podría ser
“basura”. Lo que me importa es ayudarte a que sepas qué es para ti. Así que
comencemos el ejercicio, ¿estás listo?
Respira profundamente. Supongamos que estás (ahora mismo) plantado
frente a “algo” que alguien te presenta como una “obra de arte”.
Si es posible, trata de recordar alguna vez que hayas visto
una escultura, mural o cuadro que te haya gustado mucho, eso sería fabuloso
para hacer de este decálogo un manual útil y re-utilizable:
Sabrás que es ARTE…
1)
En primer lugar, si se trata del resultado de
una acción consciente y voluntaria de expresión de un ser humano.
2) Si te impacta a un grado tal que te resulte difícil o imposible de olvidar
3)
Si hace viajar tu mente o te logra llevar con tu
imaginación hacia algún lugar más allá del espacio físico en que estés
experimentándolo. Sobre todo, si ello sucede aunque tú no quieras…
4)
Si es arte, te va a activar emociones diversas y
de todos los colores, desde alegría, nostalgia, ira, miedo, incluso de rechazo.
5)
Si lo que ves "te habla" o te da pistas de su
autor. Por ejemplo, si te revela sus secretos o emociones más íntimas (como
miedos, frustraciones, deseos, sentimientos, preocupaciones), es decir, que al
observarlo o experimentarlo recibes la “identidad” de alguien que desea llegar
a ti, trata de reconocerlo como si fueras cómplice de ese mensaje y tuvieras
que mantenerlo en secreto, entonces sigue observando y …
6)
…si no puedes dejar de observarlo, si necesitas
viajar con tu mente por los detalles del elemento, si juega con tu voluntad y
te obliga en cierta forma a recorrerlo con tu mirada y…
7)
…si cambia algo dentro de ti al observarlo o
experimentarlo, por ejemplo, venías con un pensamiento pero ese pensamiento
desaparece de tu mente y a partir de este momento al observar la obra o al oír esa pieza musical, sientes que
tu pensamiento cambió porque se fue y llegó otra idea inesperada en tu mente…
8)
Y finalmente, tras todo este proceso tu
imaginación te lleva a crear algo nuevo por ti mismo, es decir, si te inspiró…
sigue disfrutando porque muy, muy, muy probablemente estés no sólo ante ARTE,
sino ante BUEN ARTE. Sigamos…
9)
Si al experimentarlo sientes que hay otras
personas que conoces que deberían verlo o escucharlo…
10)
Si -aunque quizás sin saber muy bien porqué- te
gustaría llevártelo contigo y poderlo ver cada vez que desees… o poderlo
escuchar cada vez que desees como si ya no concibieras la vida de igual forma porque
experimentar esa obra ha llenado un vacío que no sabías que existía en tu ser…
Es oficial: descubriste una pieza
de arte de gran calidad y tuviste la dicha de disfrutarla.
Puede que esto ya te haya sucedido, puede que no, pero
puedes usar este decálogo para practicar hasta lograrlo y hallar obras de arte que logren (en
ti) alcanzar estos 10 puntos de experiencia.
No permitas que nadie te diga que ese cuadro que te llevó a
experimentar estos 10 pasos es una basura, porque no es cierto. Sé generoso y permite que otros que quizás no logren
entender por qué te gustó, hallen su propio arte. Sé también generoso contigo y
trata de seguir buscando piezas que estimulen tus sentidos.
Si consideramos que el ARTE nos ofrece tantos placeres y
emociones ¿por qué no ir nosotros a buscarlo en vez de esperar pasivamente que
éste nos encuentre? Entrar a una exposición de un artista, por ejemplo, es una
aventura que nunca sabes a dónde te puede llevar. Escuchar una obra musical
completa, lo mismo, entonces, ¿por qué no aprovechar cada oportunidad que
tengas para hacerlo?
A lo mejor ese viaje que deseabas hacer -y que tu
presupuesto no te lo permite- no es ni la mitad de emocionante que el que
puedas hacer con tu mente y tu imaginación, al acercarte a los artistas más “sinceros”
de tu ciudad, los que menos miedos tienen de expresar sus emociones y los que
más habilidades tienen para ayudarte a ir a esos lugares que no sabías que
existen, ah! …y ello estando sano y sereno, ya que el buen arte por sí mismo te
puede llegar a “embriagar”.
El enfocar nuestro habitual exceso de energía hacia el arte
y la cultura podríamos ayudar a disminuir las cotas de demagogia, materialismo e hipocresía que aún gobiernan nuestro mundo. No
crees que sería una forma sencilla de mejorar nuestra vida y la de los
demás, al tiempo que incrementaríamos nuestra felicidad?
Como viste, no es tan difícil. Al fin y al cabo, hacer del
arte parte de nuestra vida es, como todas las cosas importantes en esta vida,
cuestión de actitud.
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