viernes, 4 de abril de 2014

EL ARTE DE SABER IDENTIFICAR EL "VERDADERO" ARTE


La pregunta ¿Es esto verdaderamente arte? me tiene algo preocupada, sobre todo por lo recurrente que ha sido y que sigue siendo. Así que decidí dedicar mi post de hoy a un tema que aun tiene demasiados tabúes, cuando debería ser como el aire que respiramos, parte instrínseca de nuestra formación, educación y vida.
 
Probablemente sea el miedo natural del ser humano a dejarse llevar por sus emociones (aun fuera sin perder la decencia ni el decoro) lo que nos lleve tan a menudo a no saber identificar el umbral de lo artístico.
 
 
 

En la mayoría de los hogares se les olvida educar a sus hijos en materia de sensibilidad hacia las artes. ¿Acaso  no es el ARTE algo intrínseco a nuestra condición humana? Parece ser que muchos creen que no. La verdad es que TODOS podemos desarrollar la sensibilidad que nos permita distinguir lo que de veras es arte y además disfrutarlo.
 

Identificar si algo es arte o no lo es, no es solo un tema de “opiniones” arbitrarias, es algo mucho más profundo y existe un proceso real en la experiencia vivencial de una obra que hace que la misma adquiera el valor que la eleve a creación artística de calidad, incluso a tornarse en eterna y en un bien para el mundo, que hay que proteger, estudiar y dar conocer (exponer).

 
Si bien es un hecho que el arte está en todas partes,  también es un hecho que “no todo lo que nos presentan como arte”, en realidad lo es. El reto es constante, porque hoy en día las expresiones artísticas nos rodean por doquier. Lo vemos en las calles, con el creciente arte urbano, o en los festivales de ARTE, muy en tendencia, las exposiciones en el formato tradicional o los conciertos y espectáculos. El arte puede estar en todas partes, a veces incluso nace en medio de una creación publicitaria; los “artes” publicitarios sólo se pueden considerar una obra de ARTE en ocasiones muy puntuales, pero… ¿cuándo?

 
Hay una manera de saberlo. Reconocer una obra de arte y -aún más importante- reconocer el buen arte, es posible, siempre que se siga un proceso completo de evaluación y experimentación de la obra y hoy quiero mostrarte una manera sencilla de lograrlo.

 
Mi objetivo  de hoy es ayudarte a que puedas disfrutar "más y mejor" de las artes y a que establezcas un criterio que sea fiel a tu código natural de emociones (el único código válido es el tuyo, el propio y lo debes desarrollar con el tiempo).

 
Para ello, a continuación te presento las reglas que me han ayudado a dejarme seducir por obras maravillosas y también a “descartar” todo lo que no lo es. Por más que esté “bien ejecutado” o que haya una trayectoria del artista demostrada.

 
Lo que para algunos es arte de calidad, para otros podría ser “basura”. Lo que me importa es ayudarte a que sepas qué es para ti. Así que comencemos el ejercicio, ¿estás listo?

 
Respira profundamente. Supongamos que estás (ahora mismo) plantado frente a “algo” que alguien te presenta como una “obra de arte”.

 
Si es posible, trata de recordar alguna vez que hayas visto una escultura, mural o cuadro que te haya gustado mucho, eso sería fabuloso para hacer de este decálogo un manual útil y re-utilizable:

Sabrás que es ARTE…

 
1)      En primer lugar, si se trata del resultado de una acción consciente y voluntaria de expresión de un ser humano.

      2)      Si te impacta a un grado tal que te resulte difícil o imposible de olvidar

 
3)      Si hace viajar tu mente o te logra llevar con tu imaginación hacia algún lugar más allá del espacio físico en que estés experimentándolo. Sobre todo, si ello sucede aunque tú no quieras…

4)      Si es arte, te va a activar emociones diversas y de todos los colores, desde alegría, nostalgia, ira, miedo, incluso de rechazo.

5)      Si lo que ves "te habla" o te da pistas de su autor. Por ejemplo, si te revela sus secretos o emociones más íntimas (como miedos, frustraciones, deseos, sentimientos, preocupaciones), es decir, que al observarlo o experimentarlo recibes la “identidad” de alguien que desea llegar a ti, trata de reconocerlo como si fueras cómplice de ese mensaje y tuvieras que mantenerlo en secreto, entonces sigue observando y …

6)      …si no puedes dejar de observarlo, si necesitas viajar con tu mente por los detalles del elemento, si juega con tu voluntad y te obliga en cierta forma a recorrerlo con tu mirada y…

7)      …si cambia algo dentro de ti al observarlo o experimentarlo, por ejemplo, venías con un pensamiento pero ese pensamiento desaparece de tu mente y a partir de este momento al observar la  obra o al oír esa pieza musical, sientes que tu pensamiento cambió porque se fue y llegó otra idea inesperada en tu mente…

8)      Y finalmente, tras todo este proceso tu imaginación te lleva a crear algo nuevo por ti mismo, es decir, si te inspiró… sigue disfrutando porque muy, muy, muy probablemente estés no sólo ante ARTE, sino ante BUEN ARTE. Sigamos…

9)      Si al experimentarlo sientes que hay otras personas que conoces que deberían verlo o escucharlo…

10)   Si -aunque quizás sin saber muy bien porqué- te gustaría llevártelo contigo y poderlo ver cada vez que desees… o poderlo escuchar cada vez que desees como si ya no concibieras la vida de igual forma porque experimentar esa obra ha llenado un vacío que no sabías que existía en tu ser…

Es oficial: descubriste una pieza de arte de gran calidad y tuviste la dicha de disfrutarla.
 
Puede que esto ya te haya sucedido, puede que no, pero puedes usar este decálogo para practicar hasta lograrlo y hallar obras de arte que logren (en ti) alcanzar estos 10 puntos de experiencia.

No permitas que nadie te diga que ese cuadro que te llevó a experimentar estos 10 pasos es una basura,  porque no es cierto. Sé generoso y permite que otros que quizás no logren entender por qué te gustó, hallen su propio arte. Sé también generoso contigo y trata de seguir buscando piezas que estimulen tus sentidos.

Si consideramos que el ARTE nos ofrece tantos placeres y emociones ¿por qué no ir nosotros a buscarlo en vez de esperar pasivamente que éste nos encuentre? Entrar a una exposición de un artista, por ejemplo, es una aventura que nunca sabes a dónde te puede llevar. Escuchar una obra musical completa, lo mismo, entonces, ¿por qué no aprovechar cada oportunidad que tengas para hacerlo?

A lo mejor ese viaje que deseabas hacer -y que tu presupuesto no te lo permite- no es ni la mitad de emocionante que el que puedas hacer con tu mente y tu imaginación, al acercarte a los artistas más “sinceros” de tu ciudad, los que menos miedos tienen de expresar sus emociones y los que más habilidades tienen para ayudarte a ir a esos lugares que no sabías que existen, ah! …y ello estando sano y sereno, ya que el buen arte por sí mismo te puede llegar a “embriagar”.

El enfocar nuestro habitual exceso de energía hacia el arte y la cultura podríamos ayudar a disminuir las cotas de demagogia, materialismo  e hipocresía que aún gobiernan nuestro mundo. No crees que sería una forma sencilla de mejorar nuestra vida y la de los demás,  al tiempo que incrementaríamos nuestra felicidad?

Como viste, no es tan difícil. Al fin y al cabo, hacer del arte parte de nuestra vida es, como todas las cosas importantes en esta vida, cuestión de actitud.

 

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