Las redes sociales son una prueba diaria para la tolerancia,
la templanza y el respeto.
Todos hemos leído un sinfín de artículos sobre el
cyber-bullying en las redes sociales, algo que suele afectar actualmente a
miles de menores, sin embargo hoy prefiero enfocarme en algo que creo que sólo
con un poquito de auto-observación y sobretodo de voluntad, es posible cambiar. Algo que además, atañe exclusivamente a personas adultas y con el
criterio formado, de quienes se espera que -por su edad- no tengan ciertas
actitudes, menos con sus contactos visibles
como cercanos, llamados "amigos", en la red social.
Una de las virtudes que más me fascinan en el ser humano es la
elegancia. Virtud que nada tiene que ver con las posibilidades económicas, sino
que se compone de una mezcla entre apropiadas costumbres aprendidas en casa, una
sana madurez y la suma de actitudes enfocadas
a preservar la educación, los principios éticos universales y a elevar el
diálogo. El resultado es algo poderoso e impagable que tiene un elevadísimo
atractivo universal.
Hoy, tener la habilidad y la inteligencia de “no
pronunciarse” y “no poner absolutamente nada” bajo una imagen que alguien
posteó, es lo único verdaderamente elegante que puedes hacer cuando una foto o post te desagrada o incomoda
de algún modo.
Por más duro que sea admitirlo, sobretodo en ciertas ocasiones, hay algo de maldad tras
cada crítica, burla o reclamo a un “amigo” en tu red social. Algo que en el
fondo deja mal al autor de los comentarios negativos y no necesariamente al “criticado”
o “burlado” si bien a éste puede llegarlo a herir.
En cuanto al “público”, que no es tan diferente al que otrora
clamaba por pan en el circo romano, en ocasiones aplaude la chabacanería y la
burla porque está en sintonía con el tipo de ocio y humor que persiguen y por
lo tanto les resulta una fuente de diversión. Alientan con sus clics sobre el ‘Me
gusta’, creyendo que si logran humillar al pobre criticado habrán superado algún
tipo de obstáculo personal.
El usuario “atacado” no esperaba ser expuesto de ninguna
forma por quien figura en una lista que tiene por título “Amigos”. Es aquí,
habiendo llegado a este punto cuando uno se para y depura su lista (…………….). ¿Hecho?
Sigamos.
Fuera del insulto explícito, está lo verdaderamente dañino y
peligroso, como la burla escondida tras la ironía y el reclamo de atención. Dos
formas de dañar a otro que cada día me parecen más deprimentes y si no fuera
porque ciertas redes sociales son la única forma de estar “conectada” y “cerca”
de mis seres queridos y de los amigos que tengo a miles de kilómetros de donde
vivo, ya habría cerrado mi perfil hace tiempo.
Me imagino que ante la diversidad del colectivo de usuarios
hallaríamos diversidad de razones que llevan a aliguen a ser incapaz de domar a
su “bestia”.
Esta es una innegable realidad que se refleja en las redes y
por supuesto en la vida y así como existen toda clase de personas, hay también
toda clase de usuarios. Familiares, caseros, entusiastas, soñadores,
comunicadores, profesionales, ausentes, discretos,
los narcisistas, los egocentristas, los militantes de causas… En fin, podríamos
estar hasta mañana dando ejemplos de los posibles arquetipos de usuario, pero
quienes merecen ser asoleados realmente son quienes hacen daño abusando de la
cortesía que le dieron al aceptarlos como “amistad”.
Porque en general, habrá gente más latosa que otra, gente
ocurrente, gente a la que le debes el
estar súper actualizado en ciertos temas, están los que siempre se quejan de
algo (estos admito que rozan lo tóxico, pero si lo hacen con sentido del humor puede
ser incluso terapéutico (al menos para ellos, lo que ya beneficia a alguien…)
Están los que aman tanto a su familia que no paran de mostrártela,
benditos sean por ello!
Así que ninguno de ellos hace daño y en el fondo, todos
tienen derecho a tener su espacio social para compartir y comunicarse. No
olvidemos que éste es un mundo a menudo duro, difícil y solitario.
Pero bajo el disfraz de “amigo” por ser un conocido, alguien
de tu círculo social, familiar, profesional y sabiendo que debido a eso el
margen de aceptación de sus contactos es generalmente amplio, están quienes profesan
ataques dañinos cuya víctima debe digerir como pueda. Éste si es un patógeno en
la red.
¿Cómo reconocerlo? A veces es esa persona que se atribuye la potestad de juzgar y opinar sobre lo que comparten otros faltando a la dignidad o al respeto, con total impunidad. Al ser un “amigo”, se “espera” que no vayan a “eliminar” sus comentarios que -quizás con ironía- logran ser ofensivos.
Señores, esto también es bullying.
Quizás el autor de tales fechorías se cree ocurrente y con
la potestad de actuar así. Quizás padece de las consecuencias de un deficitario
proceso educativo o de escasa madurez. Quizás se trata de alguien que padece de
egocentrismo patológico, por narcisismo, debilidad de espíritu, envidia,
complejos, que sé yo… pero lo que hace encaja en los parámetros de lo que se conoce como bullying:
Cada vez que haces un comentario de la foto de otro en que
menosprecias de algún modo a quien la publicó o, peor aún, a quien aparece en ella, esto es
bullying.
Cada vez que usas un eufemismo o ironía para descalificar la
actitud o actividad de alguien en la foto que te compartió y lo haces en los
comentarios abiertos en la foto, esto es bullying
Cada vez que faltas el respeto de forma directa a alguien en
tu comentario en su post, esto es bullying.
Cada vez que aireas algo personal de quien compartió una publicación,
entablando de forma tiránica una conversación personal en un foro abierto, dañas
la dignidad o la imagen de esa persona. Tanto si es un acto consciente o no, esto
es bullying.Sin importar qué tanta razón puedas tener, nadie comparte una foto propia en una red social para sus “amigos” sino es con la ilusión de acercarles un pedazo de su vida, de sus emociones, de sus anhelos, o de sus logros personales… si no te gusta o no estás de acuerdo, sé elegante y ponte las manos en los bolsillos, y lucha contra la tentación de querer imponer tu presencia y tu opinión, a costillas de herir a otro.
El Diablo es cochino, así que sé más listo que él y no te dejes... Dominar a la bestia es parte de las obligaciones de un adulto. Ejercita tu voluntad y lograrás un cambio que de seguro implicará mejoras, ante todo, en tu propia vida. Si mencionar a cuantos dejarás de importunar.
La elegancia en la vida y por ende, en las redes sociales, es la única forma de ganar credibilidad ante todos aquellos quienes -de una u otra forma- atestiguarán tus pasos por ese muro. Al fin y al cabo, hacer de tu paso por las redes sociales una experiencia agradable para todos será, como todas las cosas importantes en esta vida, cuestión de actitud.
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